Hace un mes que publiqué la última entrada cuando normalmente lo hago cada semana. El motivo ha sido un viaje un poco largo... en distintos aspectos. Pero una vez superada “una serie de catastróficas desdichas”,
ha habido grandes avances en ciertos temas. Y esos temas corresponden a un proyecto que me va a tener retirada de las
publicaciones un tiempo. Espero poder pintar algo entre rato y rato, pero sé
que va a ser más bien difícil. De momento aquí dejo lo que quise subir hace
tres semanas.
Sin título · Acrílico sobre papel pegado a lienzo · 20x20
Atadas · Acrílico sobre papel pegado a lienzo · 20x20
Piedra de la playa de San Francisco en Fuengirola, Málaga · 5x6 cm
Esta piedra la encontré paseando por la playa uno de
esos “catastróficos días” del citado viaje, y me recordó inevitablemente al segundo cuadro del
post de hoy.
Me encanta cuando estoy sumergida en algo y veo o percibo de cualquier forma (y en cualquier lugar, momento o cosa) eso mismo en lo que mi cabeza está trabajando. A eso lo llaman sincronicidad y es muy agradable experimentarla. Parece que el universo está atento a lo que haces y te lo muestra de esa manera. Es como un guiño de complicidad, un juego entre él y tú.
Me encanta cuando estoy sumergida en algo y veo o percibo de cualquier forma (y en cualquier lugar, momento o cosa) eso mismo en lo que mi cabeza está trabajando. A eso lo llaman sincronicidad y es muy agradable experimentarla. Parece que el universo está atento a lo que haces y te lo muestra de esa manera. Es como un guiño de complicidad, un juego entre él y tú.